El mapa del cerebro emocional humano podría
dividirse en dos: una parte más instintiva, primitiva y automática, y otra, más
racional, moderna y evolucionada.
Las estructuras principales de esa parte
cerebral más antigua son: la amígdala, el tálamo y el hipocampo. La
amígdala se asocia con el estado de
ánimo y los recuerdos. El tálamo
afecta a los niveles sensoriales, la consciencia y el estado de alerta. El hipocampo se relaciona con el estado de
ánimo, la voluntad, el aprendizaje y la memoria.
Estas
zonas más involucionadas de la parte
más interna del cerebro, que compartimos con otros animales vertebrados,
reciben información de los sentidos (vista, oído, gusto, tacto) y envían señales a partes del
cuerpo (músculos y vísceras), ante los estímulos del ambiente. Asimismo,
implican a otras estructuras que gestionan la emisión de sustancias químicas,
que cambian el estado del cuerpo.
La zona del cerebro más evolucionada y moderna
pertenece a la corteza frontal. Aquí
se gesta la personalidad, el pensamiento y la lógica de la persona. También es donde se analizan los estímulos,
se toman las decisiones racionales y se interpretan los estímulos y la
realidad.
Antonio
Damasio es un reconocido médico que ha investigado las bases neurológicas de la
mente, especialmente los sistemas neuronales que subyacen a la memoria, el
lenguaje, las emociones y el procesamiento de decisiones. Damasio diferencia
entre Emociones Primarias y Emociones Secundarias. Las Emociones Primarias aparecen cuando se
descodifica la información de los estímulos ambientales de forma directa. Es
decir, la información va desde los sentidos (vista, oído, tacto, gusto) al
tálamo o amígdala, apareciendo la Emoción seguidamente. La respuesta es
inmediata, automática. En el caso de las Emociones
Secundarias, la percepción de los estímulos pasan por el filtro de la
corteza frontal. Es decir, se analizan los estímulos a través del pensamiento
y, posteriormente, aparece la emoción.
Esto
último es justo lo que nos diferencia del resto de los animales. En el continuo razón – emoción suele
acontecer batallas donde a veces gana el instinto emocional, y otras, el
razonamiento y la lógica. Es aquí, donde podemos vencer la batalla de los miedos, la ansiedad, la depresión y
otras dificultades psicológicas que
tanto nos atormentan.
Las emociones desagradables se pueden
modificar, si equilibramos este continuo
razón - emoción (cerebro frontal versus amígdala-tálamo). ¿Cómo? Por ejemplo,
ante la ansiedad, estableciendo un diálogo racional y sustituyendo los
pensamientos distorsionados por otros más objetivos. Para esto, debemos
identificar primero las creencias irracionales y entrenarnos en la sustitución
de pensamientos alternativos.
Mis
terapias psicológicas tienen tres componentes básicos:
-
Modificación del pensamiento (Psicología Cognitiva)
-
Modificación del comportamiento (Psicología Conductual)
- Modificación
de las sensaciones fisiológicas (entrenamiento en respiración diafragmática,
relajación y meditación)
Además
de estos componentes básicos, me gusta emplear técnicas diversas, que ayudan a
comprender y a afianzar los conocimientos adquiridos en consulta. Algunas de
esas técnicas vienen del Psicodrama, la Psicología Gestalt o el Psicoanálisis.
La
Psicología Ecléctica es la etiqueta de mi identidad como psicólogo. En
cualquier caso, la mayoría de mis intervenciones se comprenden bajo el prisma
de la corriente Cognitivo-Conductual.
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